Para vencer nacimos el 23 de Enero
Para reavivar una llama olvidada con la memoria de sus protagonistas, el pueblo venezolano tomó este miércoles el oeste de Caracas. Miles de hombres y mujeres fueron sangre viva corriendo por las calles y vericuetos de ese enorme cuerpo combatiente que es la parroquia 23 de Enero.
"Que sepan los nacidos y los que están por nacer que nacimos para vencer y no para ser vencidos", fue el saludo para la movilización proveniente de Propatria. Se trata de la declaración de principios del Colectivo José Leonardo Chirino.
La ruta por la Calle Real de Sierra Maestra era abrazada por las banderas que pendían de los balcones. Al fondo, desde las azoteas de los bloques, los Tupamaros y otras organizaciones alzaban en alto sus estandartes para dar la bienvenida a uno de los focos de la insurrección que hace 55 años derrocó al dictador Marcos Pérez Jiménez.
Si el pasado 10-E el grito al unísono fue "Yo soy Chávez", este 23 de enero las paredes de la parroquia rindieron homenaje a cada uno de sus muertos, avivadas por el paso firme de un pueblo cuya voluntad no fue quebrada por los 40 años de "represión democrática" que siguieron a la jornada del 58.
Nunca más pueblo traicionado
Al lado de la polémica Virgen de Coromoto armada, serpenteaba una fila irregular de habitantes y militantes de La Piedrita. Al gritar "siempre consecuentes" no se hacían eco de una consigna vacía: después de una década de crítica feroz y acusaciones, todavía mantienen su compromiso con la Revolución Bolivariana y su líder.
"El pueblo sabe que esta fecha histórica le pertenece y la canalla mediática no podrá engañarlo", dijo David Delgado, del Bloque Sucre.
El pueblo, rebelado durante las protestas contra la dictadura, fue traicionado a los pocos meses por los firmantes del Pacto de Punto Fijo. La derecha trató de acallar las voces de la calle con una parodia de democracia representativa y uno a uno fue aniquilando a los dirigentes.
Los mecanismos de represión oscilaron entre la persecución y la tortura, así como otras técnicas más sofisticadas. David recordó una de ellas: "La derecha es culpable de insertar la droga en nuestros sectores para desarticular al movimiento popular. Pero no pudieron con nosotros. La droga no pudo ni con el movimiento popular ni con el pueblo".
La lucha perpetua
La vida de la parroquia ha sido de ida y vuelta: bautizada inicialmente Urbanización 2 de Diciembre para celebrar el ascenso del dictador, posteriormente cambió su nombre en honor a sus mártires anónimos y a los jóvenes que allanaron el terreno para el derrocamiento.
Dicen que Fidel Castro cuando vino en el 59 a Caracas -y vio los bloques y los cerros- aseguró que la liberación de La Habana hubiese sido más fácil de contar con esa montaña.
Durante cinco décadas, el oeste caraqueño ha sido una marca de denuncia en la historia puntofijista, que los textos escolares impusieron a la par que se silenció por todos los medios la traición a las demandas proclamadas en aquella fecha.
Nunca más la paz de cementerios impuesta a punta de plomo por las fuerzas de seguridad. El reto es uno, dice Guadalupe Rodríguez, de la Coordinadora Simón Bolívar: "Seguir pujando este proceso de transformación, este proceso de justicia, de equidad, ante las amenazas latentes del imperio".
"Desde el 23 de enero de 1958, nosotros no regresamos nunca a nuestras casas; nos quedamos en la calle". Hay fuego pa' rato.
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