Un por Ahora que se marco en la historia

La intentona golpista no logró sus objetivos y los rebeldes se rindieron. Entre los oficiales sublevados que comandaron esta maniobra se encontraban, principalmente, cuatro tenientes coroneles del ejército: Hugo Chávez, Francisco Arias Cárdenas, Yoel Acosta Chirinos y Jesús Urdaneta.

Todos los participantes en esta acción fueron llevados a prisión por su actuación en el hecho, siendo su causa posteriormente sobreseída y puestos en libertad dos años después, durante la presidencia de Rafael Caldera.
Lo que si quedo muy claro en la historia que el “El 'por ahora' significa que ese hombre va a regresar a la lucha”, vaticinó acertadamente Virginia Rivero a su hija Giovanna, entrevista que fue transmitida por TELESUR, quien para la epoca tenía ocho meses de embarazo, mientras veía por televisión a Chávez detenido en el Cuartel de la Montaña tras la rebelión cívico-militar contra el gobierno de Carlos Andrés Pérez.
“Solamente una persona fue capaz de dar la cara; se llama Hugo Chávez... y yo dije ¡ese es el nombre de mi hijo!", así narró Giovanna Rodríguez el comienzo de la historia de Hugo Chávez Rodríguez Rivero, que ahora es un joven historiador de 24 años de edad.
Cuenta Virginia entre risas cómo aupaba a su hija: "Aguántate para que nazca el 4 de marzo", como una manera de celebrar el primer mes del despertar popular en Venezuelaante un sistema neoliberal, y a su vez, rendir homenaje a "Hugo Chávez, el héroe".
Al igual que el país, Giovanna estaba viviendo su revolución: sería madre por primera vez el 4 de marzo de 1992. Consciente tras dar a luz, oyó que el médico decía: "¡Este muchacho tiene más bolas que Hugo Chávez!”. Giovanna no lo pensó más, ya tenía los dos nombres para su hijo.
La madre y la abuela estaban seguras de que Hugo Chávez era el nombre que debía llevar el niño, pero algunos otros no opinaban igual. El nombre causó impacto desde el registro civil, aunque no siempre positivo.
— Él no puede ser Chávez - le dijeron a Giovanna en el registro civil.
— Él va a ser Chávez - respondió Giovanna.
— Pero es que su apellido es Rodríguez.
— Bueno, él va a ser Hugo Chávez Rodríguez.
El episodio más gris lo vivió con tan solo 10 años, luego del golpe del 11 de abril de 2002 cuando el presidente Chávez fue secuestrado. Al salir de clases, la coordinadora del colegio le dijo al niño: “¡Hugo Chávez, cuidado tus compañeros te linchan!".
También hay casos graciosos. La coincidencia de los apellidos ha llevado a pensar a algunos que Hugo es hijo del presidente Chávez, pues la hija menor del Comandante (Rosinés) también es de apellidos Chávez Rodríguez.
Los dos Hugo de esta historia no solo comparten el nombre, sino también la fascinación por la historia. “El cómo llevar mi nombre me ha convertido en la persona que soy. No me llamaría de otra manera”, confiesa Hugo Chávez Rodríguez.
Recordemos un poco los acontecimientos de la epoca, a las 11:50 am del 4 de febrero, el comandante Chávez evita amenazas de inmolación de Urdaneta Hernández -quien decía que sólo creería los informes situacionales de la boca del jefe de la sublevación- y pidió dirigirse al país a través de la televisión y fue entonces cuando pronunció el breve pero histórico discurso del “por ahora”, con el que inició el franco camino de conquista de la victoria popular en elecciones, 6 años después.
Públicamente al reconocer que “lamentablemente, por ahora, los objetivos que nos planteamos no fueron logrados en la ciudad capital”, y con su valentía de asumir “ante el país y ante ustedes”, “la responsabilidad de este movimiento militar bolivariano”, devolvió la esperanza a millones de personas hiriendo mortalmente al puntofijismo.
Las declaraciones del senador David Morales Bello (AD) en el Congreso Nacional en esa oportunidad, resumen lo que fue la política puntofijista cuando clamó: “¡Muerte a los golpistas!”, pero esta pretensión fue desvirtuada por el expresidente Rafael Caldera.
El líder copeyano, desde el mismo escenario parlamentario, no sólo confrontó esa intención, sino que reivindicó calculadamente al comandante Chávez, con lo cual revitalizó sus aspiraciones a una segunda presidencia, que alcanzó en diciembre de 1993, luego de que el bipartidismo adecocopeyano defenestrara a Pérez, cuyo gobierno quedó boqueado luego del 4 de febrero.
Gana Rafael Caldera la presidencia de la República, el mismo personaje que en 1957 fuera signatario del Pacto de Nueva York junto a Rómulo Betancourt (AD), Jóvito Villalba (URD) y Eugenio Mendoza (empresario), que luego fue ratificado el año siguiente en su casa, de nombre Punto Fijo, pacto que representó la entrega del país y sus riquezas al imperio norteamericano.
Caldera gana las elecciones de 1993 con un partido político recién fundado por él, denominado Convergencia, que agrupó a diferentes corrientes ideológicas, incluyendo al Partido Comunista de Venezuela, todos esperanzados en un proceso de cambio de Constitución luego de escuchar su discurso como senador durante la evaluación política de la rebelión militar del 4F que hizo en el Congreso de la época.
Entre tanto, el sobreseído comandante Chávez Frías enarboló las banderas idearias de Simón Bolívar, Simón Rodríguez y Ezequiel Zamora, denominando su campaña electoral como La Refundación de la República.
Al llegar a la presidencia convoca a una Asamblea Nacional Constituyente que adapta un texto constitucional -trabajado desde 1983- a las exigencias económicas y geopolíticas en los albores del Siglo XXI.
La nueva Carta Magna, la Bolivariana, fue votada por primera vez en la vida republicana del país, en unas elecciones libres y abiertas por la mayoría de los venezolanos, acto que sepultó el puntofijismo para siempre.
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