Respeto y comprensión mejoran la calidad de vida de pacientes con demencia
Actividades
cotidianas como recordar una dirección, planificar las tareas del día e incluso
reconocer a un familiar son capacidades mentales que se reducen al sufrir
demencia. Atender los síntomas de la forma adecuada y acompañar respetuosamente
en el tratamiento son medidas necesarias para mejorar la calidad de vida de las
personas diagnosticadas con el síndrome.
Así
lo explicó la investigadora emérita del Instituto Venezolano de Investigaciones
Científicas (Ivic), Lucimey Lima, durante el seminario “Demencia: Mitos y realidades”
ofrecido en las instalaciones de la institución, con la intención de aportar
conocimientos sobre la situación de vida en la demencia.
“Son
como niños”, “todos son iguales”, “podemos hablar cualquier cosa frente a ellos
porque igual no entienden” o “no tiene sentido explicarle las cosas” son
algunos de las creencias que se tejen en torno a este deterioro cognitivo y que
impiden tratarlo óptimamente.
“Es
importante tener en cuenta que son adultos con características individuales,
historias particulares y con una evolución propia de la enfermedad, por lo que
cada caso se debe tratar por separado y respetando la dignidad de la persona”,
destacó Lima, quien trabajó con estos pacientes durante seis meses en el centro
de salud Osboine
Contemporary Aged Care de Australia.
Tras la experiencia adquirida en la
institución de cuidados la investigadora precisó algunas de las falsas
concepciones que se tienen de la demencia y sus síntomas. Entre ellas destacó
que quienes sufren de este síndrome no necesariamente olvidan todo ni están
confundidos siempre. Es muy probable que en oportunidades también tengan
momentos de lucidez, por ello es importante guiarlos y darles instrucciones que
les permitan estar lo más ubicados posible en tiempo y espacio.
De igual manera, instó a los cuidadores
y familiares a ayudarlos a estar aseados y a disfrutar con ellos de actividades
de esparcimiento. A pesar de que puedan olvidar lo que realizaron, experimentar
momentos agradables se traduce en la mejora de la calidad de vida. “Ellos como
cualquier adulto aprecian la compañía y los beneficios de esto son obvios”, indicó Lima.
Ocultarles la verdad no es una práctica
saludable para quienes sufren de demencia. La investigadora recomienda ser
honestos con la información que se les trasmite a los pacientes, teniendo en
cuenta sus creencias y realidades.
Los estudios desarrollados por Lima en
el Laboratorio de Neuroquímica del Ivic están centrados en la depresión mayor y
su tratamiento. Este trastorno se relaciona con la demencia, pues el deterioro
de la función cognitiva suele ir acompañado por la disminución del control
emocional, el comportamiento social o la motivación, según la Organización
Mundial de la Salud (OMS).
“La intención del seminario es aportar
información divulgativa sobre la demencia. Los científicos trabajamos con
moléculas y esos datos son difíciles de hacerlos llegar de forma comprensible a
la población que tiene familiares con el
síndrome y están preocupados por ello”, precisó la investigadora.
Problema
multifactorial
Para atender la información recibida por
los estímulos del entorno el cerebro humano se comunica a través de procesos
eléctricos y químicos. Algunas lesiones y enfermedades en este órgano pueden
devenir en algún tipo de demencia.
Este síndrome se caracteriza por la
disminución de la función cognitiva encargada de actividades como la memoria,
el pensamiento, la orientación, la comprensión, el aprendizaje y el lenguaje.
Por ello, es una de las principales causas de discapacidad y dependencia entre
los adultos mayores en el mundo.
El daño causado por la demencia se
manifiesta de forma progresiva y aunque no hay manera de detenerlo se puede
mejorar las condiciones durante la enfermedad. El diagnóstico precoz, la
optimización de la salud física, el desarrollo de actividades que generen
bienestar y el apoyo adecuado a los pacientes y sus cuidadores son medidas para
retrasar el deterioro.
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